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Repartir papeles sin perderlos.

Acción de la Red de Apoyo Mutuo de Mairena del Aljarafe. REDAMA.

Es cierto que ahora debemos remar todo el mundo a la vez. Después de parar la pandemia habrá tiempo de sacar conclusiones y aprender de lo vivido. No hablo de las campañas políticas que utilizan las muertes para hacer propaganda, sino de la evaluación rigurosa de cómo se hacen las cosas.

Me preocupa especialmente el papel que cumplimos la ciudadanía en el desarrollo de las medidas dictadas por el estado de alarma. Es claro que el objetivo es común: detener la pandemia, que la gente no se contagie, evitar muertes. Es algo de vida o muerte. Se debe apostar por toda la excepcionalidad posible, cambiar lo necesario, siempre desde la orientación de las personas especialistas, siempre desde el rigor científico.

La pregunta es quiénes hacen qué. La situación de confinamiento ha elevado a la superficie muchas situaciones personales, familiares y de comunidades enteras, que subsistían desde la precariedad y la economía informal e incluso no formaban parte de los datos oficiales. Son quienes están llevándose, otra vez, la peor parte.

Y hay que ofrecer ayuda, hay que paliar en la medida de lo posible el sufrimiento. Quiénes hacen qué. Las organizaciones sociales, los movimientos sociales, las administraciones locales, regionales, estatales, los grupos vecinales, las redes de ayuda mutua, la pequeña carnicería, el supermercado…la sociedad. Es necesario un nuevo reparto de papeles, porque esto no lo sacamos sin la intervención del Estado, pero tampoco sin la intervención de la sociedad civil, sin el papel activo de la ciudadanía organizada, precisamente para que el menor número de personas salgan a la calle y a la vez todas las personas tengan cubiertas sus necesidades.

Pero en este reparo de papeles hay quienes los están perdiendo. Tiempo habrá de analizarlo.

Cuestión de Derechos.

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Vivimos momentos donde los Derechos conquistados por la ciudadanía están en entredicho. Las políticas neoliberales desregulan las normativas de protección social o supeditan a las normas de organismos internacionales el desarrollo de las políticas públicas. La política se siente presa del mercado, así como las intervenciones sociales se precarizan y ponen en cuestión el modelo de Estado del Bienestar, que todos parecen defender pero que muy pocos hacen por mantener.

Mientras algunos derechos se están viendo rebajados, otros empiezan a conquistarse. Frente a los pasos hacia atrás en materia laboral, hoy nadie discute la necesidad de que la vivienda sea un derecho para todas las personas. Existe una relación evidente entre el grado de desarrollo y aceptación social de determinado derechos sociales y la percepción que se tiene de la legitimidad, limpieza y fuerza de las organizaciones que los defienden. Frente a los casos de corrupción en sindicatos mayoritarios aparecen las acciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Frente a la desconfianza del conjunto de la sociedad sobre los mecanismos de ayudas sociales, aparecen los comedores sociales, por no hablar de la fuerte lucha de las diferentes mareas.

En este contexto, más allá de la atención directa a las personas más vulnerables como Derecho básico a que todas podamos vivir con dignidad, se abre el reto del fortalecimiento, la extensión y participación del conjunto de la ciudadanía en organizaciones, plataformas o entidades que garanticen y luchen por la consecución o defensa de los Derechos básicos para una vida digna.

Por eso me pregunto hasta cuándo dentro de las administraciones públicas y las entidades del tercer sector, dejarán de considerar los procesos de aprendizaje colectivo como algo accesorio a los programas de ayuda, desarrollo o promoción social. Me pregunto hasta cuándo desaprovechar las capacidades de quienes día a día están (estáis) demostrando de manera eficaz que se pueden abordar problemáticas sociales desde el empoderamiento personal y colectivo, y que esas propuestas transcienden a quienes viven una situación de exclusión, que se deberían generalizar al conjunto de la ciudadanía. Por eso me pregunto porqué no dejamos de hablar de Educación para la Ciudadanía y centramos nuestros esfuerzos en la Educación para la Participación, porqué no dar importancia también a los «cómos» -métodos- y no solos a los «qués» -contenidos-.

Tener Derechos significa saber que los tienes. Tener Derechos y por tanto participar en la vida pública es una condición básica para tener el estatus de ciudadanía. Ahí entiendo que está uno de los principales retos a los que nos enfrentamos; considerar el enfoque de derechos como un proceso de aprendizaje. Ojalá sea pronto. Mientras tanto, toca trabajar en lo pequeño, en lo cotidiano, seguir en la brecha para que cada día, en cada proyecto, programa o intervención, existan personas que incorporen aprendizajes para su autonomía personal y colectiva. En ello nos encontraremos.

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Bueno vale, esto es lo que siento…

…Porque muchas personas de mi entorno no dejan de preguntarme por mi posición, por mi postura ante el escenario después de las elecciones del #24M, de los procesos de confluencia y del papel que podemos cumplir desde las personas y proyectos de fomento de la participación. Sobre esto último, próximamente difundiremos los debates y planteamientos -seguimos construyendo «sinclusiones«- del último Encuentro de Educación para la Participación de Quart de Poblet en Valencia. Sobre mi posición personal prefiero seguir mas lo que siento que lo que pienso, pues en estos tiempos que vivimos, existen ideas establecidas de antemano que suelen resistir poco el envite de la realidad. Una realidad desbordante. Prefiero compartir lo que me incomoda y lo que me hace sentir cómodo.

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Mucho que celebrar.

Después de tanto tiempo sin escribir en este espacio, no se me ocurre mejor fecha para reactivarlo que hoy. Se celebran los cuatro años del 15M y creo que hay mucho que celebrar  y recuperar. Hay que celebrar que despertamos, que nos encontramos, que se generó una forma de actuar, de procedimientos, de discurso, de mirada sobre la realidad que ha impactado mucho más allá de lo que se planteaban las personas que ocuparon las plazas y calles, que hicieron marchas, asambleas, grupos de trabajo…Esa energía liberada se ha colado por los lugares mas inverosímiles. Hoy todo los partidos políticos hablan de democratizar, de primarias, de transparencia, de rendir cuentas, del protagonismo ciudadano. Si observamos los planteamientos anteriores al 15M descubriremos muchas sorpresas. Por encima de todo, y bajo mi punto de vista personal, lo mas importante que hoy podemos celebrar son los vínculos personales y afectivos que se han generado fruto del estallido social, las gentes que hoy forman parte de nuestras vidas y que llegaron entre la marea humana y  ya forman parte de nuestro paisanaje personal. Solo por eso mereció la pena.

También toca recuperar la actitud de aprendizaje, de escucha, de sorpresa, de ilusión y de mirada a largo plazo. Resulta que en pleno estallido social hablábamos de que no todo nacía con este movimiento, de igual forma que hoy no se pueden obviar al 15M dentro de los cambios que, tanto en política con la eclosión de Podemos como en los movimientos sociales con la proliferación de múltiples proyectos colectivos alternativos -desde la eclosión de la agroecología, hasta la economía social y solidaria- deben en parte su presente a lo que el 15M produjo. Volver a sentir que estamos en evolución constante, que no existen soluciones simples y definitivas al modelo de sociedad injusto que queremos superar, que la revolución o será inclusiva o no será, que las élites no nos representan, que anhelamos otras formas de organización social que recupere la persona como eje, el respeto al planeta como principio y no los beneficios económicos por encima de cualquier cosa y que esto solo se conseguirá con la participación decidida de todos y todas, no supone algo del pasado. De ahí la actualidad del 15M.

¡¡Arriba las que luchan!! Nos vemos en las calles.

Lo fundamental: las personas.

Ha entrado el verano como irrumpiendo en nuestras vidas. Es momento de compartir en los espacios con las demás, de encontrarnos y de cerrar capítulos en este curso intenso. Las plazas se llenan de gente, se llenan de niños y niñas jugando, la calle se convierte en el espacio prioritario.

Por eso, pienso en una plaza muy peculiar de mi ciudad. La Plaza del Pumarejo. Ahí la vida fluye, nos congregamos y suele ser sitio de encuentros y enredos, pero todo gracias a las que, desde hace ya bastantes años, impulsan la Casa Grande, la Casa Ciudadana, la Casa donde soñar e impulsar nuevas formas de relación. Si no la conoces, mira este vídeo…

Porque después de todo, siendo necesarias las metodologías, siendo imprescindible tener un objetivo en el trabajo colectivo, siendo esencial contar con las emociones, lo que de verdad nunca puede faltar es lo fundamental: las personas.

2 años…que parecen 10.

Aunque no para todo el mundo. Resulta que hoy es 15M del 2013 y parece que sucedió hace una década. Es increíble como se vive de forma tan diferente el paso del tiempo. Ya el año pasado muchas personas vinculadas al #15M creían celebrar el segundo aniversario. Hoy muchas de ellas sienten que ha pasado una década. Y es que hay muchos aspectos que han cambiado y donde este movimiento ha sido clave. De ello da buena cuenta Jose Candón (@ozecai) en Barricada de Papel, también muy interesantes las aportaciones estos días de Amador Fdez. Savater en su blog en eldiario.es  y Javier Toret (@toret) en este artículo que reproducimos en Apuntes para la Participasion.

Y es que no recuerdo una intensidad parecida, ni en los momentos del antimilitarismo insumiso (y mira que nos la jugamos). Porque nunca antes nos enfrentamos a un movimiento con la embergadura que hoy existe, porque el estallido social adoptó las nuevas formas que fueron construyéndose desde los movimientos sociales desde hace tiempo y tuvieron en las plazas su prueba definitiva, porque la emoción nos recorrió a la vez que empezamos a ser conscientes de lo mucho que teníamos y tenemos que aprender, porque la plaza nos llamó con el imán de la generosidad de tantas personas, porque los conflictos se fueron enfrentando como sabíamos y sabemos, porque los vínculos se fueron creando desde la nada, porque hoy hay personas en nuestras vidas que entonces eran desconocidas, porque la piel nos dictó las formas de indignación, porque hemos recorrido caminos antes impensables, porque ya no hay vuelta atrás en el comienzo de lo nuevo aunque coexistimos con lo viejo, porque muchas personas militantes que hace 2 años desconfiaron hoy son parte…

…pero no para todas, porque hay quienes piensan que tienen la solución definitiva, quienes solo creen en su verdad, que no han cambiado por dentro viendo lo de fuera, porque juzgan continuamente a quien tienen al lado, porque insisten en protagonismos, porque piensan de forma excluyente, porque las orejas las tienen de adorno y sobre todo, porque buscan que lo colectivo sea una réplica exacta de su forma de entender la realidad. Para esas personas solo han pasado dos años. No se dan cuenta de que la política es para todo el mundo. Todos y todas.

Así que hoy, cuando se cumplen estos dos años, la gratitud infinita a quienes consideran que el 15M es una atmósfera que ya circula por nuestro organismo, a quienes con su trabajo y dedicación, están en las plazas y en las reuniones,  y en los escraches, y en las manifestaciones, y en la red, y en su entorno cotidiano recordándonos que ya nada es como antes. Esas personas que han recorrido una década en 2 años.

Re-inicia ParticiPasión

De vuelta del VII Encuentro de Educación para la Participación (seguimiento #VIIEPA), de nuevo me enfrento a la realidad cotidiana, a las tareas e impulsos de lo urgente, pero con otra mirada renovada. El Encuentro sigue siendo la parada necesaria para cuestionar formas de hacer y sentirnos en los procesos participativos, para coincidir con otras y hacernos un lavado interno de nuestras ideas y retos.

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Ha sido como siempre un espacio intenso, tanto en confluencias como en propuestas, pero por encima de todo, siento que ha sido un espacio de búsquedas compartidas, un espacio necesario y recomendable, pues creo sinceramente que preguntarnos colectivamente sobre qué nos tenemos que preguntar ha sido un enorme ejercicio de puesta a punto del quehacer diario. Un espacio para la sorpresa y el cuidado, pues en todo sus aspectos creo que hemos construido un lugar desde el no-lugar, pero situando el foco en las personas, en las emociones y en las prácticas actuales, sin dar de espalda a la realidad, sin escamotear contradicciones, rompiendo estereotipos y fórmulas monolíticas. La apertura a otras disciplinas como estrategia para el futuro así lo confirma.

Quienes allí nos vimos -y muchas otras personas que forman parte, pero no pudieron asistir- hemos definido un camino que no se reduce a un Encuentro más, por significativo que para muchas de nosotras sea. Hoy, después de siete Encuentros, desde aquel primero en Cádiz en el año 2004, creo que hemos dado el paso definitivo hacia el Espacio Colectivo de Educación para la Participación y en ello tienen mucho que ver todas las personas que han participado en el equipo promotor del Encuentro, las personas que han realizado los 9 talleres previos en 9 territorios diferentes, las personas que han acudido y puesto sobre la mesa sus iniciativas, sus deseos y proyectos en marcha, que han compartido desde una actitud de aprendizaje y disfrute, que nos han brindado sus testimonios, que se han despojado de clichés, todas y cada una de las personas que han tejido la red de complicidades que nos une, que han hecho posible que exista un lugar para compartir con otras desde la confianza, la horizontalidad y el cuidado. Se Re-Inicia ParticiPasión y me siento muy dichoso por poder formar parte de ello.

Removidas.

Y es que llevo varios meses asistiendo a los efectos de estos tiempos en quienes me rodean. Muchas personas estamos en búsqueda de los tiempos por venir. No son momentos de seguridad, tranquilidad y sosiego, muy al contrario son de incertidumbre, presión y nervios.

Resulta que hay personas en disposición de dar giros importantes en su vida, algunas empujadas por la situación de desempleo, de pérdida de condiciones, por el ataque a nuestros derechos por parte de quienes solo piensan en datos económicos y no les asalta la mas mínima sensibilidad hacia el prójimo: dirigentes de las grandes corporaciones, empresas, banca, partidos políticos…etc. Otras directamente por mera sensación de no estar donde quieren estar.

También está pasando en las organizaciones sociales, en los movimientos, en la acción colectiva. Estamos removidas, las estructuras de las que nos dotamos se vuelven ineficaces para afrontar el presente, las formas de articulación nos muestran demasiadas carencias, las formas de financiación de proyectos nunca serán las de antes, los vínculos entre nosotras y otras están cambiando.

Por eso creo que situarnos en el «No Lugar» es lo que toca y, sin ninguna expectativa y búsqueda apresurada de respuestas ver lo que pasa. Por eso, me conmueve que el pasado 21 de diciembre de 2012 recibiéramos otra lección desde el otro lado del Atlántico. Silencio. Ese es el sonido del mundo que se derrumba mientras otro se abre paso entre nosotras.

PD: Si pinchas en la foto lo puedes escuchar.

 

2012

Intered, El Villamartín que queremos, Equipo CRAC, El poder de la ciudadanía, Sinergias, Bolunta, Fundación Apy, Asociación de Mujeres de Órgiva, Asamblea 15M, Huelga General, Ayuntamiento de Puerto Real, Intermón Oxfam, Pobreza Cero, IAAP, Universidad de Sevilla, Creando Futuro, Ayuntamiento de Los Realejos, Fundación Esplai, Els Juliols, Torre Jussana Ayuntamiento de Barcelona, Ayuntamiento de La Llagosta, Xarxantoni, Tramallol, Huérmeces del Cerro, Caños de Meca, Univerde, Escuela Virtual de Asociaciones, Espacio Libertario Malagueño, Ayuntamiento de Leganés, Ayuntamiento de Arona, Ayuntamiento de Quart de Poblet, Alboan, ciberactivismo, Congreso de Voluntariado, Plataforma de Voluntariado de Badajoz, Democracia Digital Anadalucía, Corralas, Foro de Hombres por la Igualdad, Arquitecturas Colectivas, La Innovadora…y todas las personas que durante este año me han acompañado en el camino. Que el 2013 nos junte en algunas causas y nos crucemos para compartir.

Salir del armario.

Hoy es un día especial. El Tribuna Constitucional da marcha atrás al recurso contra el el matrimonio de las personas del mismo sexo. Hoy mi recuerdo es para todas aquellas que durante años no han caído en la resignación, en los armarios del alma, en las cárceles del prejuicio y nos han dado lecciones de valentía, de dignidad y de igualdad.

Hoy es un día especial. Políticos se encierran para hablar de desahucios, para llegar a cuerdo para impedirlos. Deberían abrirse y darse un paseo por uno de ellos, pero ya se sabe cómo se las gastan en el parlamento. Hace un par de años, le cuentas a alguien que después de echar para atrás la dación en pago y de los miles de personas afectadas sin derecho a techo, un día como hoy la situación iba a ser calificada de «inaceptable», nos diría que estamos soñando.

Porque hoy es un día para las personas que sueñan. Pero mi recuerdo también es para quienes siguen escondidas, quienes niegan y se niegan la realidad por vergüenza, por pudor, porque no estamos preparadas para decir con claridad que somos pobres, que nos echan por no tener empleo, porque todavía nos hacemos responsables absolutos de todo cuanto nos sucede, porque hemos crecido cargando unas enormes alforjas, pesadas de culpa.  Eso nos daña y nos aísla. Por eso hay quien dice que se «muda» a sus vecinas, o se tira por un balcón, o esconde su amor por otra persona, o separa sus manos por la calle al cruzarse con la gente.

Así que hoy día de señalar que tenemos un antídoto contra la desesperanza. Posiblemente seas tú que estás leyendo esto. Porque voy descubriendo que el antídoto tiene nombres y apellidos, son la personas que nos rodean, que nos quieren, a quienes queremos, son nuestros vínculos y son nuestros vínculos en acción quienes, a pesar de los discursos grandilocuentes neoconservadores, están haciendo que este mundo cambie en la dirección de la justicia social y la igualdad.

Hoy es un día contra la desesperanza gracias a personas que han impedido un desahucio desde temprano, han unido sus manos con otras, han soltado una lágrima mientras gritaban «Sí se puede», han abrazado a compañeras conocidas y desconocidas, han colgado su comentario en redes sociales, han vuelto a la asamblea, han coreado consignas, y esas otras que han colgado un arcoiris en su balcón, han vivido su amor en libertad, han luchado contra prejuicios y violencias en su casa, en los trabajos, en la calle…hoy es un día contra la desesperanza. Tenemos la certeza de que solo desde la solidaridad y el apoyo mutuo podemos cambiar las cosas de fondo, pero hay un paso previo: salir del armario.